Me abracé. . . y desperté

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     Este libro se trata sobre las cualidades del principio, Divino Femenino. Todas las personas tenemos dos fuerzas principales que se manifiestan en nuestro cuerpo físico, mental y emocional:  lo Divino Femenino y lo Divino Masculino.  Desafortunadamente, la humanidad ha abrazado más, por miles de siglos, la energía masculina dándole muy poco espacio para que se manifieste la energía femenina.

     Hoy, más que nunca, se hace inminente avivar y reconocer, la energía femenina, en nuestros corazones. ¿Por qué es importante despertarla? Porque para traer bienestar al cuerpo de las personas y al planeta, debemos, urgentemente, activarla en todos los ámbitos de la vida cotidiana.  Desde las estructuras familiares, laborales, comunitarias y políticas; todas necesitan el toque del Principio Femenino para evolucionar.  Solamente así, podremos experimentar otro mundo.   

     En este libro te presento, de qué forma fui abrazando y despertando las cualidades del principio femenino en mí.  También te menciono cómo todas las Diosas Madres, representaciones de esta energía, fueron inspirándome para caminar por una ruta desconocida.  Al aceptar el camino, no el más fácil, sino el que está lleno de complejidades y rendiciones, se fueron develando frente a mí muchas de mis dimensiones. Algunas de ellas se mostraron fácilmente, pero la gran mayoría estaban en lo profundo en mi subconsciente y me fue difícil reconocerlas.  

     Con cada cualidad presentada, libro una batalla, para presentar al mundo otra creación de mi misma.  Desvestirme del ropaje viejo fue y sigue siendo el trabajo más intenso y aterrorizante, que me he confrontado en toda mi vida.  No obstante, este recorrido ha sido, el más liberador y genuino, nunca antes vivido.   Poco a poco, paso a paso, fui reconociendo mi poder interno y fui despertando.  Así fue como Me abracé… y desperté.

     Es mi deseo que este libro te ayude a descubrir estas cualidades en ti también, y que vayan potenciando tu marcha hacia la transformación total.  En el camino hacia el empoderamiento, no hay de otra, que confrontarnos con nuestro Ser y abrir esa puerta que nos llevará hacía, el autoconocimiento. Nadie puede abrir ese portal por nosotras/nosotros, es un recorrido a solas.  No obstante, el resultado de mirar nuestra verdadera esencia, es que nos concede el poder de hablarnos y abrazarnos con amor, ternura y compasión.  Este es un viaje perpetuo, nunca se acaba, pero te puedo asegurar que vale la pena comenzarlo.   

Claraluz